martes, 18 de mayo de 2010

After such pleasures. J. Cortazar


Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego
es este río que me tira en mujer y me
sumergeentre sus párpados, qué
tristeza
nadar al fin hacia la orilla
del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo
innoble que acepta las
monedas falsas,
las circula sonriendo. Olvidada pureza,
cómo quisiera
rescatar ese dolor de
Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
esperanza.
Solo en mi casa abierta
sobre el puerto otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café
de la mañana sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido. Y no tener que acordarme de
este olvido que sube para nada,
para borrar del pizarrón tus muñequitos y no
dejarme más que una ventana sin
estrellas
¿Què cosas nos quedan despuès del placer?

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