viernes, 2 de diciembre de 2011

Reempezar


Pasó más de un año desde mi última publicación.
Es una paradoja y un mito que al final se cumple: uno aprende más y escribe menos...

Pero nunca es tarde.

Las palabras siempre son nuestras, siempre están, siempre nos siguen. No nos olvidan y nos buscan en los sueños, en la vigilia. Y aunque intentemos olvidarlas, siempre están. No dejan de conducirnos hasta lugares recónditos, que no imaginamos, que no esperamos, que no sentimos. Y llegar a ellos entonces se transforma en una completa fantasía hecha carne. Preguntarse ¿dónde estamos? no tiene sentido. Solamente estamos. Solamente somos. Y las palabras con nosotros.

Quizás ese sea el verdadero secreto. Un momento del día, un instante de la vida nos lo recuerda. Pero siempre volvemos a olvidarlo. SOMOS, siempre SOMOS. Sigamos siendo todo el tiempo... hasta que el tiempo no sea...

No hay comentarios:

Publicar un comentario