miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sur sur sur del alma


La ciudad me abruma desde cerca. Me levanta y acuesta con sus gritos húmedos, impíos. Todo sigue igual que aquel año en que ansiosos, frotábamos nuestras manos esperando una revolución. Se llevaron nuestros sueños impresos en papeles que vos creías, compraban tu felicidad.

Mientras reinvento mil y un huidas a través del cristal de un colectivo, dos ancianos indigentes que ruegan tu mirada, rozan día a día la muerte, filtrándose presurosos entre casillas agrietadas y frías. Envidio su dignidad.

Me cansa y me duele mi Buenos Aires gris, triste, ausente, a pesar del barullo.

Me cansa que la risa sea solo una amenaza que ya no se atreva a tumbarme de golpe. Me canso de las miradas perdidas en el metro, buscando cielos que nunca llegan. Me canso de la rutina ocura, sangrienta, que poco a poco consume tu luz.

Sucede que a veces me canso de la gente. Me canso de los empujones por las calles abarrotadas, me canso de la violencia que vive entre nosotros y pasea indiferente a paso lento y parejo. Me canso de cansarme.

Pero no todo está perdido, no puedo olvidar que estas cerca. Tanto, que cierro los ojos y te imagino, y me imagino. Y esas imágenes que guardo en mi retina, ese deseo que es más fuerte que cualquier otro, ese papel bajo mi mesa de luz que es mi pasaporte directo a vos, son un bálsamo entre tanta confusión.

Sonrío, recordando que alguna vez también extrañé aquello que nunca fue.

Sólo lo que será, está esperándome cerca, justo detrás de la línea del horizonte...

Ya estoy en camino, ya llego…

No hay comentarios:

Publicar un comentario