miércoles, 9 de junio de 2010


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El lunes 7 de junio, los amantes y apasionados de este loco oficio, festejamos el dìa del Periodista, profesiòn desdeñada, oprimida y mal vista en los ùltimos tiempos, sobre todo en Argentina.
A modo de homenaje, dejo este texto que encontrè en la web, que realmente me llegò en varios aspectos, pero coincido en lo principal: no es periodista quien hace ostentanciòn de un tìtulo, sino quien cuenta con papel y lapiz en su mano y afan de investigaciòn en su mente.




"Hace 199* años se fundaba La Gaceta de Buenos Aires. Sin periodistas titulados. Más bien corresponsales chusmas que describían lo que pasaba. Con el tiempo el panorama tecnológico y facultativo fue cambiando. Hoy tenés que leer a Barbero, y entenderlo, y además saber usar el soundforge para llamarte perodista, editor, locutor, programador, “analista de redes” o comunicólogo.
El carpintero aprende su oficio. El de periodista calculo que es lo mismo. No hay Barbero que te ayude cuando un jefe de redacción o productora te apuran. No hay tu tía cuando ves que en pantalla los actores tienen perfiles más acabados para preguntarle a alguien cómo se siente después de que le asesinaron al hijo.
El periodista no está matriculado, no necesita un número para empezar a ejercer. No hay una escuela que siga al pie de la letra. Tiene pelos en la lengua, y muchos. No estudia, lee. No habla, protesta. Los de gráfica son intelectuales, los de radio, feos, y los de tele, estrellitas.
Cualquier Doña Rosa dice qué es ser un buen periodista, porque hasta ella se hizo cargo del oficio. Hablamos de un periodista universal, que lo podemos llamar Juancito. Un pibe de barrio que escuchaba la radio y le gustaba escribir. Un chico como cualquier otro que hablaba claro. Con frustraciones de actor, cantante, músico, fotógrafo, escritor, pintor y demás yerbas artísticas. Un pibe que le gustaba todo menos matemática y química.
A Doña Rosa y a Juancito le decimos feliz día. A los que usan y abusan de los medios. A los que cuentan lo que quieren, y a los que no les queda otra que contar lo que les piden. A los destitulados. A los que tienen cartel y pueden elegir en qué medio laburar. A los que escribieron su libro y aunque no plantaron un árbol o tuvieron un hijo se sienten realizados. A los que se levantan a las 4 para decir si la General Paz presenta demoras, y a los que buscan desde temprano ver si en el pueblo pasó algo. A los que tienen la hoja en blanco y los dedos amarillos de nicotina. A los pedantes. A los tímidos. A los cara rota. A los trepadores. A los aventureros. A los ladrones. A la noticia nuestra de cada día. A Herodoto, que 400 años antes de Cristo hacía periodismo. A todos ellos y muchos más: Felíz Día."